3 de Noviembre 2016 (Wdc).- Noelia Garella soñó con ser maestra, desde pequeña siempre le encantaron los niños. Ahora tiene a su cargo una sala en un jardín cordobés. Quizá eso no sorprenda a nadie porque es un trabajo de cualquier docente, pero lo que hace “diferente” a Garella es el Síndrome de Down que tiene, mismo que no le ha impedido lograr su objetivo.
Existen muchos prejuicios alrededor de las personas con Síndrome de Down, pero pese a padecerlo, son capaces de aprender, estudiar, tener un trabajo y cumplir con sus responsabilidades.
Ejemplo de ellos es el caso de Los Perejiles, un grupo de chicos argentinos con Síndrome de Down que crearon su propia empresa.
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El trabajo de Noelia es reconocido por los padres de sus alumnos y los directivos de la escuela, Susana Zerdan, directora del jardín de infantes Jeromito, cuenta que fue: «Una experiencia única en el equipo» integrar a Noelia al cuerpo docente, y que: «La integración y la naturalización con las que la asumen los chicos para nosotros ya es una enseñanza de vida».
Noelia se ha ganado su puesto con esfuerzo, ya que inició a cargo de un programa de estimulación temprana en el cual, varias veces por semana, ella leía cuentos a los niños de diferentes salas y ahora con su buen trabajo logró un puesto un puesto permanente como titular de sala.
«Con los niños siempre me siento bien, sus padres me adoran y las otras maestras y las directoras que he tenido son unas divinas», explica Noelia. Y tiene un consejo para sus alumnos y para la sociedad: «Yo lo que quiero es que lean, que escuchen, porque en la sociedad hay que escuchar».
La familia de la profesora está orgullosa, sus padres contaron a los medios los momentos difíciles que vivieron durante la crianza de su hija.
Cuando ella nació, un médico le dijo a su padre que tenía una mala noticia. «¿Murió? ¿Está grave?», preguntó el papá. «No, peor», respondió el médico.»Tiene síndrome de down».