El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar), contrató una empresa para «vigilancia«, favorita durante la administración de Enrique Peña Nieto.
Se trata de la firma L3Harris Technologies Inc, dedicada al espionaje, de acuerdo con una investigación de la ONG chilena South Ligthouse en la Ciudad de México, citada por Proceso en su más reciente edición.
La ONG realizó un análisis entre agosto y octubre del año pasado en el que asegura la Ciudad de México, particularmente el Zócalo capitalino, es un punto con actividad importante de antenas con la capacidad de espiar equipo móviles de comunicación.
L3Harris Technologies Inc suma 21 contratos con el gobierno federal conseguidos entre 2014, a mitad del sexenio de Peña Nieto, y 2019, al inicio del de López Obrador, por un valor de 85 millones 552 mil 638 pesos.
De los 21 contratos, tres son de marzo, abril y julio de 2019, con títulos como «Adquisición de refacciones para equipos de radiocomunicación táctica en HF» y «Ads. Eq. radiocomunicación en HF para la construcción de un centro de entrenamiento conjunto de operaciones de paz».
Con Andrés Manuel, detalla Proceso, esa empresa ha recibido 23 millones 94 mil 970 pesos.
L3Harris Technologies Inc es una empresa estadounidense con sede en Florida, duela de Harris Communications Division y Harris Corporation Communication Systems Segment, se especializa en tecnología aeroespacial y de defensa, también ofrece soluciones para «las misiones críticas de sus clientes gubernamentales y comerciales».
La empresa vende aparatos de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, así como sistemas de comunicación y soporte de gestión de flotas, desarrollo de sensores, modificaciones y servicios periódicos de mantenimiento.
Proceso asegura que la tecnología de L3Harris Technologies Inc es la misma que se utilizó para espiar activistas, opositores y periodistas durante el gobierno de Peña Nieto, el famoso #GobiernoEspía, cuando a través del programa Pegasus se infiltró en celulares de personajes incómodos para el gobierno priista.
La diferencia es que esta tecnología no emplea en un programa para entrar a aparatos móviles, sino que se utiliza la suplantación de una antena telefónica con el objetivo de capturar el tráfico de datos y llamadas.
El análisis de la ONG analizó el funcionamiento de mil 801 antenas en México, descubriendo la operación irregular de 21, de las cuales tres de ellas registraron el mayor número de anomalías.
La primera de estas tres antenas se encuentra en la carretera 115-D, que comunica la Ciudad de México con Puebla y Morelos; su rango alcanza la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) y el Campo Militar 37-B de la Sedena.
Otra está en la autopista México-Marquesa, casi en la frontera entre la capital y el Estado de México.
La tercera está en el Zócalo de la Ciudad de México, cerca de Palacio Nacional, donde vive el presidente. Su rango alcanza prácticamente todo el primer cuadro de la capital del país, como el Palacio de Bellas Artes, y se extiende hasta Paseo de la Reforma, San Lázaro, el Heroico Colegio Militar, Periférico, Insurgentes y hasta Perisur.
Es decir, zonas que concentran inmuebles gubernamentales, legislativos e instalaciones militares, donde ocurren manifestaciones.
El 29 de agosto del año pasado, el presidente denunció el hallazgo de una cámara de espionaje en Palacio Nacional. Luego, el 2 de marzo de este año, aseguró que su gobierno no se dedica a espiar opositores, resaltando la eliminación del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la creación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Con información de Proceso
rgg