MORELOS (La Silla Rota).- En busca de paz y consuelo, familiares de personas secuestradas, asesinadas y desaparecidas en Morelos participaron en una misa católica realizada en memoria de las víctimas de la violencia.
En la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en el Municipio de Cuautla, alrededor de 50 personas acudieron a la convocatoria del párroco Héctor Pérez Sánchez, quien pidió llevar y colocar las fotografías de sus seres queridos, víctimas de la violencia, al pie del altar.
“Estamos nosotros celebrando la fiesta del Cristo del Consuelo, que es el Cristo que tenemos acá, y precisamente en esta sintonía con el Cristo del Consuelo invitamos a todas las personas que han sido víctimas de las violencias para que vengan acá a presentar a Dios Nuestro Señor su tristeza, su angustia, su desesperanza, su sinsentido y que sea él quien precisamente dé consuelo a todos nosotros y le dé sentido a esta vida que nos ha dado”, dijo el párroco en entrevista.
En el sermón, Héctor Pérez criticó la respuesta que el Gobierno de Morelos ha tenido ante la ola de violencia que se vive en la entidad.
Pareciera, dijo, que quienes gobiernan Morelos han perdido el rumbo y tomado malas decisiones.
“Nuestros gobernadores, nuestros gobernantes dicen lo contrario, pero nosotros como pueblo vemos la realidad, ellos dicen que ya todo terminó, que no hay nada, que ya tenemos paz, seguridad, pero nosotros que estamos dentro del pueblo, como pueblo vemos lo contrario.
“Ustedes han traído estas fotografías aquí, es una muestra de la inseguridad, es una muestra de la violencia y de tanta injusticia y corrupción que vivimos en nuestro estado”, expresó el párroco.
Durante la ceremonia religiosa fue leída la Oración por la Paz.
Con su lectura, los feligreses pidieron acierto en las decisiones de quienes gobiernan Morelos y protección para familias, niños, adolescentes, jóvenes, pueblos y comunidades del Estado.
En la misa fueron repartidas velas entre los asistentes, quienes las encendieron y colocaron frente al altar.
Al hacerlo, algunos de los familiares lloraban y besaban las fotografías de sus seres queridos.
Antes de la bendición final, el párroco ofreció a los asistentes la posibilidad de tomar la palabra y contar sus historias desde el altar.
“Yo me preguntaba día a día por qué la gente es tan mala, por qué habían actuado así en contra de mi hermano, pero Dios tiene sus tiempos y sus momentos y hoy estoy convencida de que Dios vive en mi corazón, porque a él le pido constantemente qu me dé mucha fortaleza para estar bien por mí, por mi familia, por mi madre, que gracias a Dios la tengo, y quitémonos ese coraje, ese odio hacia las personas que dañan y hay que pedir mucho por ellas, para nosotros la justicia del humano no existió y todo se lo dejamos a la justicia divina”, expresó una mujer, habitante de Cuautla, cuyo hermano fue asesinado.
Juliana Vera Valentín, madre de Jaime Dolores, ejecutado hace dos años, dijo que hasta la fecha no ha encontrado justicia en la tierra por el asesinato de su hijo y que por eso, la única esperanza que le queda es la justicia divina.
“La justicia terrenal pues no hace caso o más bien no nos atiende, tenemos que acudir a la Divina Gracia de Dios, más que nada, creo que la justicia de Dios Divina no es equivocada y encontramos un gran apoyo en el sacerdote y sus palabras de consuelo.
“Mi hijo, en cómo lo asesinaron, en la forma en que lo asesinaron y pues no es justo, no es justo porque pues duele y pues creo yo que así como me siento yo, se sienten todas las madres y todos los padres, porque desde el momento en que desaparece un ser querido, pues toda la familia está afectada”, dijo.
Al ver los rostros de los familiares de las víctimas, dijo el padre al concluir la misa, no se puede negar el dolor que se vive actualmente en Morelos como consecuencia de la violencia.
«Esta situación nos rebasa, tanto dolor y sufrimiento, solamente el hecho de ver esos rostros sufriendo, las lágrimas de la gente, de los padres que dicen ‘quiero a mi hijo, quiero a mi hija, quiero a mi esposo, quiero a esposa, quiero a mi ser querido, ¿dónde está?’, híjole, es algo que no sabes dar respuesta.
“Solamente nos miramos o levantamos a la mirada del Cristo del Consuelo y decimos ‘es que eres tú, no hay más’, porque las instancias gubernamentales, no todas claro, se han abandonado a otro tipo de situaciones, no dan respuesta, la gente está desilusionada, ya no cree, está desesperada y lo único que pueden decir es ‘Dios’”, expresó.