MOSCÚ (Poceso).- En un tono inusualmente conciliador, el presidente de Rusia Vladimir Putin, tendió ayer la mano a su homólogo electo en Estados Unidos, Donald Trump, para crear una alianza contra el terrorismo internacional, y normalizar las relaciones bilaterales, deterioradas hace más de dos años por la anexión de Crimea, considerada por la comunidad internacional parte de Ucrania.
“No queremos confrontaciones con nadie. No lo necesitamos. No estamos buscando y nunca hemos buscado enemigos. Necesitamos amigos”, dijo durante su discurso anual sobre el estado de la nación.
“Estamos dispuestos a cooperar con el nuevo gobierno de Estados Unidos. Tenemos una responsabilidad conjunta para garantizar la seguridad internacional. Cualquier cooperación entre Estados Unidos y Rusia debería ser beneficiosa para ambos”, agregó.
El líder ruso dijo que espera encontrar un terreno común con el próximo huésped en La Casa Blanca en el combate al terrorismo global, al que consideró “una amenaza real y no imaginaria”.
Calificó la cooperación bilateral como “la solución a los problemas globales y regionales, en aras de los intereses de todo el mundo”, además de constituir “una responsabilidad común a la hora de garantizar la seguridad y la estabilidad internacional”.
Advirtió, sin embargo, que su país “no permitirá ni la vulneración ni el desprecio de sus intereses” y construirá su presente y su futuro “sin sugerencias no solicitadas”. “Rusia está dispuesta a participar en la solución de los problemas internacionales donde sea oportuno”, dijo, y para ello aprobó por decreto una nueva doctrina de política exterior en la que una de las prioridades es la creación de una amplia coalición internacional para combatir al terrorismo.
Sobre asuntos internos, el mandatario destacó que el apoyo estatal a la industria local permitió en 2015 un pequeño crecimiento, y auguró el control de la inflación, uno de los peores fantasmas para la población porque se traduce en una subida de precios mientras pierde poder adquisitivo por la congelación o la reducción de salarios.
A pesar del optimismo, reconoció que el año pasado la recuperación económica fue irregular.
Además pronosticó un crecimiento económico en 2017, tras dos años de recesión, impulsad o por el acuerdo de reducción de la producción de petróleo que alcanzó la OPEP.