CIUDAD DE MÉXICO (Excelsior).- En el proyecto del delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, no está la confrontación, sino construir una eventual candidatura presidencial hacia 2018 de Andrés Manuel López Obrador y sumar a ella al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
En entrevista con Grupo Imagen Multimedia, el pasado martes –un día antes de su Primer Informe de Actividades–, el delegado de Morena señala que, si bien ha cometido desaciertos que lo han desgastado, confía en mantener la simpatía ciudadana, y que ésta se refrende en la consulta de revocación de mandato –en marzo próximo– y enfilarse a la Jefatura de Gobierno para 2018.
Monreal asegura, sin embargo, que su principal tarea en los próximos años será apuntalar la alianza de las izquierdas y la candidatura de López Obrador a la Presidencia de la República.
Para sumar a ese proyecto a Mancera, dijo, ha evitado confrontarse con la administración del mandatario capitalino.
“Podemos ponernos de acuerdo para que caminemos juntos, sacrificando cosas personales; no es una ambición personal lo que estamos buscando.
“Mancera es un activo político que no puede desperdiciarse y que ayudaría mucho para que Andrés Manuel sea Presidente de la República. Creo que una incorporación de él y de otros daría confianza a los ciudadanos”, afirmó Monreal.
Presume que a diferencia de anteriores administraciones delegacionales, él ha preferido tomar decisiones en temas como combate a la corrupción, realizar obras públicas postergadas durante varios años y negociar más recursos para la demarcación en lugar de sólo sentarse a esperar.
Ello ha implicado un acercamiento cordial e institucional con la Jefatura de Gobierno, no exenta de roces, aceptó el delegado.
“Me vería muy mal… Sería un gesto suicida, confrontarme con el jefe de Gobierno cuando todos sabemos que la administración es centralizada, y las delegaciones son entes políticos con facultades acotadas, recortadas, por eso preferí el diálogo, el acuerdo, la coadyuvancia.
“Mi relación es de respeto, pero no se limita a una relación cordial, también hay reclamos y exigencias en tono institucional”, aclaró Monreal, y puntualizó dos de ellas: la exigencia de que el Fondo de Capitalidad tenga recursos etiquetados para la delegación y que el impuesto compensatorio que pagan los desarrolladores inmobiliarios se quede en la Cuauhtémoc y no se asigne a otras delegaciones.
Intereses fácticos
Su primer año como delegado ha sido intenso en la demarcación central de la capital del país. Las decisiones han desgastado su imagen y a su administración.
Sin embargo (el trabajo), advierte, era necesario: repavimentar calles, reconstruir drenajes, echar a andar programas de recolección de desechos, reordenar el comercio en ciertas zonas de la ciudad, gestionar recursos ante el Congreso, confrontarse con poderes fácticos en lugar de, como hicieron otras administraciones, quedarse sin hacer algo por mejorar la delegación.
“He afectado (intereses de grupos fácticos). Yo no actúo con jactancia. Sé lo que estoy haciendo, sé en lo que he fallado y sé a lo que me he enfrentado…
“Tengo claridad de miras, y te diría que si ha habido desaciertos, esos los va a señalar la oposición, pero ha habido más aciertos y esos los va a señalar la ciudadanía en Cuauhtémoc.