Por Cipriano Sotelo
A medida que transcurre el tiempo, a la autoridad encargada de investigar y perseguir los Delitos le cuesta más trabajo desempeñar de forma eficiente su trabajo.
Las cifras oficiales dan cuenta de que solo el 3% de cada 100 delitos del fuero común cometidos en México, reciben sentencia de condena. En tanto que tratándose de delitos federales, las condenan adquieren cifras que oscilan entre el 60 y el 70%.
En el primer caso, hablaríamos de un 97% de impunidad y en el segundo de 30 al 40%.
De la información que se obtiene en los C.O.C (centros de orientación y clasificación) de los penales, se ha logrado saber que en la mayoría de los casos, quienes delinquen lo hacen de forma reflexiva.
Esto, es que suelen planificar sus participaciones en los hechos delictivos; no sólo para que el delito quede consumado sin problema alguno, sino que incluso pensando en que si algo sale mal, cuales son las posibles vías de escape durante y después de su participación delictiva, buscando siempre impunidad. De ahí que muchos criminales incluso sepan cuáles son sus derechos elementales para el caso de ser detenidos y exijan su debida observancia, complicando aún más las tareas de las autoridades del ramo.
Tales circunstancias necesariamente nos obligan a tocar las puertas a la investigación inteligente, cuya existencia solo puede concebirse en países de primer mundo como Estados Unidos y algunos países de Europa y Asia.
La investigación inteligente implica varios aspectos, primero, determinar el perfil de los investigadores y después buscar que su estabilidad económica, social y familiar sean las adecuadas para garantizarles entrega total en su tarea.
En segundo término, caminar hacia la adquisición y capacitación de tecnología de punta que nos permita la investigación del delito de forma científica.
Es penoso considerar que en México, la mayoría de los Policías locales, han decidido desempeñar tal rol por exclusión, es decir, por falta de oportunidades en otras áreas laborales distintas.
Y es que para ser policía no existen requisitos exigentes que sea susceptibles de ser cubiertos con facilidad por personas de media preparación académica; pero tampoco la remuneración económica es decorosa, de ahí que se sigan aceptando perfiles del policía minúsculos o a medias.
La investigación inteligente implicaría que el Policía tenga estudios mínimos de licenciatura, pero también un pago salarial decoroso y aptitudes que le permitan acceder al conocimiento científico tecnológico, que al final determinen que su perfil coincide con las necesidades del cargo.
Tan es cierto lo anterior, que los Policías federales, a diferencia de los estatales, cuentan con filtros más enérgicos para su ingreso a las instituciones. Les exigen un nivel académico más alto y desde luego su salario es mucho mayor, lo que garantiza mayor efectividad en las investigaciones de los delitos y como consecuencia los resultados que obtienen en los fallos Judiciales de condena.
Si México como nación y los Estados integrantes, quiere ganarle la batalla a la Delincuencia, no hay de otra, tocamos la puerta hacia la investigación científica o de lo contrario seguiremos siendo víctimas de los delincuentes impunemente.
cipsosa@hotmail.com