Ciudad de México (Excelsior).- El pasado viernes, una enorme grieta apareció en el Valle del Rift, en Kenia. Cientos de familias fueron evacuadas del área y una carretera se colapsó bajo la falla tectónica.
La doctora Lucía Pérez Díaz, del colegio Royal Holloway de la Universidad de Londres, estima que esta grieta es evidencia de que África podría quedar dividida en dos en un futuro lejano.
El pasado 23 de marzo, la cadena BBC reportó que una enorme grieta se había abierto en el Valle de Rift, al suroeste de Kenia. Habitantes del poblado de Mai Mahui huyeron de la zona, al darse cuenta de que ésta se extendía rápidamente.
A crack that opened up in Kenya’s Rift Valley, damaging a section of the Narok-Nairobi highway, is still growing… pic.twitter.com/T5YocDauYj
— BBC (@BBC) March 26, 2018
Los geólogos determinaron que la grieta —que mide varios kilómetros de longitud— se debió a las fuertes lluvias e inundaciones recientes y, sobre todo, al movimiento de las placas tectónicas que forman el continente y que hacen del Valle del Rift una de las zonas más inestables de África.
Mientras la grieta sigue expandiéndose, la doctora en Dinámica de Fallas, Lucía Pérez Díaz —junto con otros expertos— ha aventurado una inquietante teoría: a la larga, esa grieta se prolongará hasta partir África en dos.
La experta explica, en un artículo de The Conversation, que la litósfera de la Tierra —formada por la corteza y la parte superior del manto terrestre— no es un cuerpo uniforme, sino que se divide en un número de placas tectónicas. Estas placas no son estáticas: se mueven y colisionan unas con otras a velocidades variables.
Cuando la litósfera se somete a fuerza de extensión horizontal, continúa Pérez Díaz, sufrirá primero un estiramiento que la hará más delgada y, a la larga, se quebrará, dando lugar a grietas como la de Kenia, que forma parte del llamado ‘Rift de África Oriental’, el cual se extiende a lo largo de 3 mil kilómetros en el este de África.
Este tipo de grietas se consideran la fase inicial de una ruptura continental, que con el tiempo abrirá paso a una cuenca oceánica. El movimiento de las placas en esta zona es de entre 25 y 50 milímetros al año.
Esto quiere decir que África quedará dividida en dos, con una cuenca oceánica diviendo dichas porciones de tierra, lo cual podría suceder poco a poco y sin que nadie se dé cuenta, o bien, mediante una serie de catastróficos terremotos.
Afortunadamente para los africanos, la línea de tiempo estimada por Pérez Díaz para este evento es de varios millones de años.