La creciente ola de homicidios en México en la última década ha contribuido a la acumulación de cadáveres. Muchos de esos cuerpos han sido localizados en fosas clandestinas utilizadas por crimen organizado para deshacerse de los cuerpos de las víctimas o rivales; y dentro de las múltiples crisis que esto representa, las morgues colapsan al tener miles de cuerpos sin identificar.
Un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el pasado 31 de octubre reveló que en México hay 30 mil cuerpos que no han sido reclamados ni identificados, así como un número no calculado de restos óseos, que se acumulan en morgues en todo del país.
La CNDH afirmó que la crisis en materia de identificación forense se debe a que las morgues carecen de fondos, personal y equipo para examinar adecuadamente los cuerpos.
La comisión recomendó que las autoridades compilen álbumes de fotografías cuando se excavaran fosas de entierro donde se hallaron los cadáveres, para documentar artículos de ropa u otros signos posibles que pudieran ayudar a identificar los cuerpos.
Algunas morgues han enterrado los cuerpos en fosas comunes, pero han sido criticadas porque no tomaron antes muestras de tejido, o los registros y ubicaciones de las fosas no se preservaron adecuadamente.
En México desde 2006, no se sabe con claridad la identidad de 37 mil 443 cadáveres los cuales presentan severas dudas en la ejecución de la necropsia y en el certificado de defunción.
De este universo 8 mil 116 cuerpos se encuentran sin identificar en los 263 anfiteatros del país, que presentan una sobreocupación de 2,945 cadáveres, según han confirmado las propias autoridades.
En marzo pasado durante la presentación de los avances del Sistema Nacional de Búsqueda, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, comentó que se tenía que concretar una política que garantice el trato y la identificación de los cuerpos que se encuentran en los forenses y fosas comunes e incluso en las fosas clandestinas.
Encinas Rodríguez calificó de «muy severa» la emergencia forense en México y anunció nuevos institutos forenses y 15 cementerios en nueve estados del país.
Dichas instituciones se ubicarían en Coahuila, Nuevo León, Sonora, Baja California Sur, Sinaloa y Veracruz. Mientras que los cementerios se repartirián tres en Veracruz, tres en Sinaloa, dos en Jalisco, dos en Guerrero, y uno en Michoacán, Baja California, Colima, Nayarit y Tamaulipas.
El subsecretario comentó en esa ocasión que el objetivo de este nuevo esquema es evitar que se siga acumulando el rezago y resolver la atención de los casos del día a día, los casos que están en espera y la atención de las fosas clandestinas.
Encinas aseguró que se debe reorientar el trabajo forense con protocolos homologados que den prioridad a la identificación con equipos multidisciplinarios y con el material que permita la identificación dactilar, biométrica y genética.
El funcionario admitió que un gran número de cuerpos no se les practicó la necropsia y fueron inhumados indebidamente en distintas fosas comunes, con el argumento que existía una sobrecarga de los servicios forenses.
Tijuana: la morgue donde no cabe un cuerpo más
Durante los primeros días mayo a través de Facebook fueron difundidas algunas imágenes de cuerpos apilados en los pasillos del Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura en Tijuana, Baja California, lo que evidenció la saturación de las instalaciones del Servicio Médico Forense.
Las imágenes eran escabrosas, con cuerpos amontonados en una sala, pero responden a una realidad reconocida por el propio gobierno.
César Raúl González Vaca, coordinador del Semefo en Baja California, señaló que los cuerpos que se encontraban en la foto fueron sacados del aparato de refrigeración para brindarle mantenimiento, puesto que se requiere atenderlo de manera constante; fueron aproximadamente entre 25 y 30 cadáveres.
El Semefo ubicado en la colonia Barrio Juárez, recibe entre 10 a 15 cuerpos diariamente, lo que ha provocado que su capacidad total para albergar 150 cadáveres se vea superada continuamente.
El médico forense dijo que el número de cuerpos es variable ya que algunos son entregados a sus familiares y otros son enviados de manera directa a la fosa común, luego de no ser reclamados.
González Vaca dijo que una solución para resolver la saturación es ampliar las instalaciones que se encuentran junto a Semefo, las cuales funcionaban como velatorios del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), lo que ha incomodado a quienes viven en los alrededores que se han quejado de los olores que se emanan del lugar.
En 2018, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California, interpuso ocho denuncias en contra del Semefo de las cuales cuatro fueron para el que se ubica en la ciudad de Tijuana.
Guerrero: la morgue que se llena de cuerpos
La acumulación de cadáveres no identificados en el Servicio Médico Forense de Guerrero es de 800 muchos de ellos se encuentran abandonados en gavetas en las ciudades de Iguala, Chilpancingo y Acapulco.
La saturación de cuerpos en los forenses se debe a la falta de cámaras frigoríficas, por ello muchos cuerpos han sido trasladados al panteón ministerial en Chilpancingo.
De acuerdo con las autoridades la falta de identificación de los cuerpos se viene arrastrando desde 2016, cuando repuntaron los enfrentamientos y la violencia en el estado.
En Acapulco son más de 300 los cadáveres que están bajo resguardo, de los cuales más de la mitad no han sido identificados.
En abril de este año, la Secretaría de Salud del Estado había anunciado una inversión de 35 millones de pesos para la construcción de un nuevo Servicio Médico Forense que dé cobertura a la recepción de cadáveres que han saturado las morgues de la entidad.
Sin embargo, hasta la fecha no se han dado a conocer el proyecto ni se ha contado con presupuesto para la obra.
La «morgue móvil» de Jalisco
El pasado mes de octubre el gobierno de Jalisco estrenó la plataforma de Personas Fallecidas Sin Identificar o Registro PFSI y del cual el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) tiene registrados 812 cuerpos que no han sido reclamados desde el 19 de septiembre de 2018 al 29 de octubre del año en curso.
De estos cadáveres, 602 son de hombres, 68 de mujeres y 142 de sexo desconocido. El avanzado estado de descomposición o la falta de algunas de las partes han hecho imposible que estos cuerpos puedan ser reconocidos.
El Registro de Personas Fallecidas Sin Identificar fungirá como una herramienta para lograr agilizar la identificación de las personas fallecidas y se encuentren en las morgues estatales bajo el estatus de no identificado. El acceso es por la vía digital en donde se detallan las características físicas de los cuerpos y las condiciones de su aseguramiento.
En septiembre de 2018, la crisis de las morgues estalló justo en Jalisco, cuando fueron localizados dos tráilers con 273 cuerpos sin identificar en el fraccionamiento Revolución de Tlaquepaque.
Primero se informó que era un tráiler con 157 cuerpos y todos estaban correctamente resguardados, que habían sido procesados para su posterior identificación; sin embargo, una fotografía filtrada a los medios de comunicación demostró lo contrario: En el interior de la caja del tráiler los cadáveres se apilaban en bolsas negras, como si fueran basura.
Después se admitió que en realidad había 273 cuerpos en el primer tráiler, pero se ocultó la existencia de un segundo contenedor; finalmente las autoridades estatales reconocieron que en el segundo vehículo había 49 cuerpos y que, en total, en las instalaciones del IJCF había 444 cadáveres de personas sin identificar, algunos de estos cuerpos se pudrieron durante dos años antes de ser sometidos a autopsia.
A un año de la crisis forense revelada en Jalisco, ésta no ha sido superada y se agrava, consideró el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (Cepad), que solicitó la intervención de instancias nacionales e internacionales para atender esta situación.
La organización afirmó que el reciente hallazgo de 119 bolsas con restos humanos en Zapopan enciende de nuevo las alertas en el Instituto Jalisciense, pues «sigue presente el rezago y acumulación de cuerpos de personas fallecidas no identificadas, su capacidad de brindar un trato digno a los cuerpos sigue rebasada y los procesos de identificación y atención a las víctimas no son realizados de manera adecuada».
fmma