“Tal como el ISIS fue aplastado, será aplastado Hamás, que deberá ser tratado exactamente del mismo modo”, afirmó el mandatario israelí durante la visita a Jerusalén del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
Por su parte, Antony Blinken, reafirmó que su país brindará todo su apoyo a Israel, aunque solicitó al Netanyahu que la campaña militar que ha lanzado contra Hamás, las más contundentes en los 75 años de historia del Estado judío, no involucre a la población civil.
Sin embargo, como medida disuasoria y de presión para exigirla liberación de los ciudadanos israelís que fueron secuestrados por Hamas, Israel ha cortado el suministro de luz, combustible, agua y comida a toda la Franja de Gaza, así lo informó el ministro israelí de Energía, Israel Katz, como respuesta a la ayuda humanitaria que se ha mandado desde Egipto al territorio en conflicto.
“¿Ayuda humanitaria a Gaza? No se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ninguna boca de agua y no entrará ningún camión de combustible hasta que los secuestrados israelíes regresen a casa”, escribió Israel Katz en “X”.
Esta medida afecta a los 2.3 millones de personas que habitan en la Franja de Gaza, lo que podría incrementar el número de víctimas de este conflicto armado, que hasta ahora se ha cobrado la vida de 1,400 personas de cada bando, según el Ministerio de Sanidad palestino; y dejado lesionados a otros 3,200 israelís y 6,000 palestinos.
Este conflicto ha sido repudiado por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, quien desde Cisjordania ha declarado: “Rechazamos los asesinatos o abusos contra civiles en ambos bandos porque vulneran la moral, la religión y el Derecho Internacional”.