La inflación aprieta día a día los bolsillos de los consumidores en México. Para sentir menos los estragos del alza de precios, han recurrido a la compra racionada de algunos productos o de plano a renunciar a algunos antojos.
Así lo comparten dos marchantas del mercado de la Portales y un vendedor de frutas del mismo mercado, ubicado en la colonia del mismo nombre, en la alcaldía Benito Juárez.
Verónica, una mujer de ojos grandes y voz grave, comparte que en su caso ha renunciado a comprar diario su fruta preferida, las fresas, y ahora lo hace alternadamente.
“A veces omito por ejemplo fruta. Antes compraba mucha pero ahora ya digo ‘bueno, ésta sí, ésta no’. Así de plano elimino algo, por ejemplo, las fresas que antes consumía casi a diario, ahora digo un día sí y dos no y así, porque sí es exagerado -su precio- la verdad es muchísimo y es muy notorio”, dice, afuera del mercado.
Rocío es otra marchanta entrevistada en uno de los pasillos del mercado, donde amablemente se detiene a platicar con La Silla Rota. En su caso, antes de que llegara la inflación galopante, acostumbraba a comprar una pizza a fin de mes o incluso el fin de semana, para ella y sus dos hijas, pero ahora ya no lo hace.
“Ya ahorita ya no alcanza para otra cosa, ahora ya mejor compro frutita más barata para sobrellevarla”, comenta.
Gerardo por su parte ha notado cómo algunos consumidores ya no compran kilos completos, sino dos, tres o cuatro frutas.
“Hay gente que a lo mejor antes compraba 1 kilo, ahora compran medio, o digamos que si compraban cinco frutas ahora compran tres o cuatro”, dice en su local, lleno de frutas de temporada, como calabazas y camotes, acompañados de unas minipiñatas.
MERCADO CONCURRIDO
El mercado de la Portales se encuentra a unas cuadras del Metro Portales. Es de los más grandes de la zona. Adentro se encuentran puestos de frutas, verduras, moles, carnes, comida, flores y hasta ropa, en una zona separada.
Los taqueros ofrecen un taco a los visitantes, “sin compromiso”, y también hay puestos de cócteles de fruta, que los fines de semana lucen abarrotados. Afuera, el mercado tiene una zona de estacionamiento, y hay ambulantes que hacen la competencia a los locales establecidos. En épocas como la previa al Día de Muertos, Navidad o Día de la Candelaria, es común ver cómo se forman filas de autos.
A su alrededor hay locales que venden materias primas y hay un molino de nixtamal que los días previos al de la Candelaria se abarrota.
LA INFLACIÓN SE NOTA EN TODO
Verónica es una de las miles de personas que acuden al lugar para hacer su mandado. Vecina de la colonia Portales, se le pregunta cómo ha resentido la inflación.
“Pues bastante, o sea en todo se nota, por ejemplo, el otro día estaba checando y el pan de marca Oroweat que compro, antes costaba 55 pesos y ahorita 70, o sea 15 más, y así todo lo demás ha estado subiendo muchísimo”, afirma.
– ¿Qué es lo que más ha subido digamos de lo que ve en el mercado?
– De lo que yo veo y que compro diario, todo, o sea en general el huevo, el pan, el arroz y las verduras. No encuentro algo que no haya subido.
«EL ACEITE HA SUBIDO MÁS»
Rocío es otra marchanta que acude regularmente al mercado, el cual le queda cerca de su casa, sobre avenida Tlalpan. Como Verónica, su bolsillo ha resentido el aumento de los precios.
“Ha sido difícil la situación, se han elevado los precios, por lo cual alcanza poco el salario mínimo para comprar los alimentos básicos”, se queja.
En su caso ha dejado de comprar huevo, “que está muy caro”, el aceite e incluso el polvo para lavar ropa.
“Hay muchas cosas que están muy elevadas”, remarca.
– ¿Qué es lo que más ha subido?
– El aceite, el 1-2-3 estaba a 32 pesos, ahora cuesta 57.
– ¿Ha vuelto a comprar en cucurucho, para evitar comprar kilogramos?
– No, ya no vuelve la vida de antes. Ahora compras un cuartito y ya te lo dan como a 30 o 40 pesos, ya no conviene -se lamenta.
A RACIONAR
Verónica lo pone en otras palabras. Aunque espera que la inflación se detenga pronto, mientras eso pasa raciona sus compras.
“Yo espero que se estabilice la situación, lo que sí nos lleva es a racionar más, a decir esto es de primera necesidad, lo compré, lo otro lo compro esporádicamente, es eso”, explica.
Por eso es que además de las fresas, también ha eliminado otras frutas de su compra diaria.
“Ahora llevo mucho menos, la mitad de antes”, dice.
EN FESTIVIDADES SI TRATAN DE COMPRAR NORMAL
A unos días de la celebración del Día de Muertos, una de las más importantes para el alma mexicana, ambas mujeres expresan cómo ven la vendimia de la época y su propio consumo. Verónica raciona su gasto para los días cotidianos, pero no para las fiestas.
“Generalmente en las festividades pues ahí si tratas como de que todo siga normal. Es más bien en el día a día dónde vas eliminando cosas”.
Rocío muestra su respeto por el Día de Muertos, pero también nota que no se salva del alza de precios.
“Por temporada, la flor sube pero ahorita está un poco más elevado el precio normal debido a las lluvias que la dañó un poco, está todo elevadísimo”.
AUMENTO NOS AFECTA: VENDEDOR
La Silla Rota también entrevistó a Gerardo, un vendedor de frutas y verduras que detuvo sus actividades de descarga de mercancía para responder unas preguntas.
En su caso reconoce el aumento de precios en productos como el tomate, la cebolla y también la fruta.
En general nota que hay mucha gente que aún compra lo mismo, pero a un mayor costo. “Si antes eran 150 pesos, ahora son 200, de un día para otro sube y nos desacompleta y es cuando nos afecta”.
Como a ellos también les aumenta el precio de sus mercancías, ellos deben incrementar su precio, pero corren el riesgo de no vender.
“Tratamos de mantenernos al precio pero al mismo tiempo sí incrementamos dos o tres pesos”, expresa el endeble equilibrio en que se encuentran.
– ¿Entonces cuando sube el aguacate, se desploman sus ventas?
– Se deja de consumir, digamos en una semana si uno vende 56 cajas, cuando incrementan los costos pues se venden 23, ahí se nota también la diferencia cuando está caro y barato, porque la gente consume menos y eso también es un golpe, por supuesto.
Sí ha notado entre clientes suyos que algunos le compran menos debido a la inflación, otros por no necesitar más, y él busca adaptarse a ese consumo.
“Tratamos de acoplarnos a todas las economías, porque ya no estamos en los tiempos de que la gente compre 2, 3, 4 o 5 piezas o el kilogramo, estamos en tiempos de que la gente vive sola, y piden 1 o 2 piezas o hasta ¼, nos adaptamos también porque si nos ponemos exigentes no vamos a vender. Tratamos de que la gente se vaya contenta y tengamos un cliente más”, añade.
A Gerardo la inflación le afecta no sólo cuando vende, sino cuando consume. En su caso ha renunciado a beber refrescos con frecuencia, debido a su costo, el cual ha ido al alza.
“Tratamos de consumir un poco menos los refrescos, o sea es lo que regularmente consumimos menos, tanto por la salud como por el costo”.
ES BARATO LA PORTALES
Al preguntarle a Verónica por qué prefiere el mercado de la Portales, considera que hay puestos donde es más barata la fruta y sobre todo porque es surtido, porque para más barato está la Central de Abastos, pero le queda lejos.
Por su parte Rocío coincide en que es más barato y hay surtido, y pide al presidente Andrés Manuel López Obrador mejorar un poco la economía, que vea a la gente humilde, pobre.
“Lo que nosotros trabajamos y compramos es mucho, pues con el dinero que nos pagan del salario mínimo no nos alcanza para comprar la canasta básica”, afirma.
Por su parte Gerardo recomienda comprar en mercados porque es más barato y hay más flexibilidad con la venta de productos.
MRV