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domingo, diciembre 22, 2024

¿#Crisis después del No?

POR: JOSÉ ANTONIO SOSA PLATA

El triunfo del no en el #PlebiscitoPorLaPaz de Colombia se convirtió en un fenómeno sorpresivo, desconcertante y preocupante. Ciertamente fallaron las previsiones políticas del presidente @JuanManSantos, al colocar la consulta ciudadana después del evento de paz. Pero también resultaron ineficaces la #ComunicaciónPolítica oficial y las encuestas.

Algunos dicen que ganó el abstencionismo.

Otros aseguran que se impuso la apatía. Y hubo quienes —en forma irrespetuosa y despectiva— atribuyeron el resultado a la ignorancia o el bajo nivel educativo de las y los colombianos que creyeron en las mentiras «de los enemigos de la paz».

Las explicaciones improvisadas sobran.

Sin embargo, hoy más que nunca es necesario un mayor rigor científico para comprender qué está pasando con el diseño y operación de las estrategias políticas y de comunicación en nuestros sistemas democráticos y cuáles son las razones por las que está creciendo el voto oculto.

El costo de los errores ha sido muy alto.

¿Cómo explicar el no luego de cuatro años de negociaciones entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (#FARC), en el marco de un conflicto que ha generado, durante 52 años, más de ocho millones de víctimas, 260 mil muertos y decenas de miles de desplazados?

¿Quiénes y por qué se equivocaron?

¿Era suficiente imaginar que una sociedad así de afectada votaría en su mayoría por la paz? ¿Qué tipo de detalles y matices se descuidaron en las investigaciones políticas, de opinión ciudadana y en el análisis de riesgos?

¿Por qué no acertaron las encuestas?

¿Cuenta el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con un Plan B y una estrategia de comunicación para explicar el fracaso y activar los procesos de toma de decisiones que se tendrán que tomar en lo jurídico, en lo político y en la diplomacia internacional durante los próximas semanas? ¿Le bastará en el corto plazo con un Plan de Crisis tradicional?

El pueblo colombiano sigue dividido.

La situación hoy es más tensa y delicada porque el margen del resultado final fue muy estrecho: 49.76% de los votantes dijo sí a la paz y el 50.23% que no a la propuesta presentada por el gobierno. Con este desenlace se configura además el debilitamiento del presidente Santos y se confirma la pérdida de confianza en muchos liderazgos políticos, económicos, sociales y también mediáticos.

62.5% de abstención es demasiado.

Con una carga así será muy difícil para el presidente Santos gobernar hasta el 7 de agosto de 2018 y encontrar el nuevo camino para mantener el escenario de paz tan anhelado por todos. Las negociaciones con @AlvaroUribeVel, su antecesor y líder del ‘no’, entraron a una nueva etapa y ambos deberán encontrar los puntos de coincidencia con Rodrigo Londoño, jefe de las FARC, si en verdad quieren evitar una nueva #crisis.

Hoy, lo único real es la incertidumbre.

Para reducirla, se tendrá que actuar tanto en el plano nacional como internacional. La agenda se vislumbra compleja y saturada, pero no debe haber espacio para la improvisación ni para acrecentar la zona de riesgo. Para salvar el proceso de paz también hay que repensar el trabajo de inteligencia política y replantear, en serio, la ruta de la #ComunicaciónPolítica.

La mesura ha imperado hasta ahora.

Por el bien de Colombia es deseable que la actitud de los líderes así se mantenga. A nadie conviene que los conflictos se exacerben o salgan de control. Y para que las cosas no empeoren es indispensable mantener el control de la economía.

La lección ha sido dura.

Pero el nuevo conflicto tiene solución. La experiencia no sólo debe ser aprendida para los colombianos. La debemos aprovechar todos quienes vivimos en otros países de América Latina.

Es tiempo de poner «nuestras barbas a remojar»

La tendencia a equivocarse se extiende en forma peligrosa. El mundo nos ha dado varios ejemplos que no podemos ni debemos minimizar. Primero fue en Gran Bretaña con el Brexit. Luego los mexicanos experimentamos situaciones complicadas en las elecciones de 2015 y 2016. Y ahora le pasó a Colombia.

¿Sigue acaso el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos?

Si queremos disminuir los riesgos para las elecciones locales de 2017 y las presidenciales de 2018, nos tenemos que aplicar lo más pronto posible. Seguir por la misma vía, recurriendo a las estrategias y herramientas de siempre, no nos augura los mejores resultados como nación.

Preguntas y comentarios a sosaplata@live.com
Twitter: @sosaplata
@OpinionLSR

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