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sábado, diciembre 21, 2024

Asesinato de sacerdotes… ¿Fiesta de borrachos?

POR: FRED ALVAREZ

Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz, fueran secuestrados y asesinados el día lunes 19 de septiembre a orillas de la carretera Papantla-Poza Rica, en un lugar conocido como la “curva del diablo…”. Ambos se encontraban maniatados y presentaban heridas de bala en diferentes partes del cuerpo, fueron abandonados entre la maleza.

Con esos decesos suman 18 los sacerdotes católicos asesinados en lo que va del sexenio actual, treinta si sumamos las cifras desde 2006; los estados más peligrosos para ejercer el oficio sacerdotal son Veracruz, Guerrero, Michoacán y Estado de México.

A las 10 horas del lunes 19 de septiembre hombres armados irrumpieron en la Iglesia católica Nuestra Señora de Fátima en Poza Rica, para secuestrar a dos sacerdotes y a un joven auxiliar. El móvil habría sido –dicen– el robo de una camioneta Pick Up RAM, propiedad de una de las víctimas y un vehículo Lancer, propiedad de un empleado del ayuntamiento, además de 5 mil pesos en limosnas.

De inmediato vecinos del lugar alertaron a las autoridades, quienes montaron un operativo para el rescate. Horas después -13:00 horas- elementos de la Fuerza Civil de la Secretaría de Seguridad Pública, hallaron los cuerpos sin vida de los clérigos en el lugar mencionado…

Las primeras líneas de investigación apuntaban a vínculos con la delincuencia organizada en una zona muy conflictiva donde hay de todo, sobre todo Zetas, empero horas después el fiscal general del estado de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, informó, previo a una reunión con el colectivo de desaparecidos Córdoba-Orizaba, que las víctimas de entrada no fueron dos sacerdotes sino uno, ya que el otro era sacristán. “No se confundan”, dijo a los medios.

Es evidente que el fiscal no sabe distinguir entre un sacerdote y un sacristán…

Pero además, subrayó que la privación ilegal de los difuntos no tuvo tintes de secuestro ni “tampoco obra de la delincuencia organizada. No es una cuestión que haya sido materia de especulación, pues hay testigos presenciales del momento”.

Atribuyó así nomás el doble asesinato de los curas al estado de embriaguez de los presuntos agresores. Y todavía más, dijo que las “víctimas y victimarios se conocían, estaban conviviendo y estaban tomando licor, y (que) después de cierto rato de estar conviviendo se descompuso esa reunión y se tornó en violencia”.

Afirmó que la Fiscalía ha iniciado una carpeta de investigación por el hallazgo de los cuerpos y que ya conocen a los presuntos asesinos. «Estamos ya con objetivos, nombres y caras de algunas personas, nada más estamos en busca de los objetivos que son los probables autores», indicó el fiscal…

Reacciones a las declaraciones del Fiscal.

Monseñor Alfonso Miranda, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), pidió a la Fiscalía no sacar conclusiones adelantadas. En entrevista con el periódico Reforma el también vocero de la CEM pidió a las autoridades encargadas de la investigación que analizaran los hechos antes de dar un resultado de ésta.

“La Fiscalía maneja que convivieron con alcohol, sin embargo, los hechos hablan de que fueron maniatados, subidos a automóviles, que fueron llevados a un paraje aislado, que fueron torturados, golpeados, rafagueados en el cuerpo, en el rostro y además, hubo robo de dinero y de vehículos”, manifestó Miranda.

El también el obispo auxiliar de Monterrey desmintió la versión de la Fiscalía de que no fueran dos sacerdotes, sino un sacerdote y el sacristán: “los dos eran sacerdotes”, dijo categórico.

Otras reacciones a las declaraciones del Fiscal

Fueron del sacerdote Hugo Valdemar, director de Comunicación Social del Arzobispado Primado de la Ciudad de México, quien calificó como “una grave irresponsabilidad (del fiscal para dar a conocer de manera apresurada información sobre el asesinato de los dos sacerdotes. Tal parece que el gobierno quiere deslindarse de los hechos lo más pronto posible.

Y precisó que “el que hayan estado tomando licor no justifica su muerte”.

Ahora resulta que la Fiscalía de Veracruz es la más eficaz del mundo, aseguró.

¿Pero qué podemos esperar de esta instancia que responde a los intereses de un gobierno estatal tan cuestionado?-, se preguntó.

¿Qué tipo de investigación está haciendo que ni siquiera sabe distinguir a las víctimas? (cuando afirma que se trata de un cura y un sacristán) ¡Es realmente irresponsable y vergonzoso!, dijo.

“Que no chingue el Fiscal –Bravo–, no mataron a un sacerdote y a un sacristán, fueron dos compañeros presbíteros: el párroco y el vicario, con tres y 13 años de servicio. Si este señor quiere minimizar estos datos, cómo creerle que por culpa del alcohol los maniataron y les pegaron nueve tiros”, de esa forma reaccionó el sacerdote pozarricense, Jaime Suárez Silva.

Y agregó, “no niego que los compañeros pudieron haber estado consumiendo bebidas alcohólicas, pues que yo sepa no es algo prohibido para nosotros, pero que no digan las autoridades que por unas copas alguien te va a robar y pegarte hasta nueve balazos”.

Antes de que hablara el fiscal del estado y dijera que eran un asunto de copas. La CEM había emitido un comunicado oficial, donde dijo:

“En estos momentos de dolor, impotencia y tragedia provocada por la violencia, elevamos nuestra plegaria al cielo por el eterno descanso de estos hermanos nuestros, e imploramos al Señor la conversión de sus agresores; de la autoridad esperamos el esclarecimiento de los hechos y la aplicación de la justicia contra los responsables.

Rogamos al Señor bendiga nuestra amada Patria, y pedimos la intercesión de Santa María de Guadalupe Reina de la Paz, para que unidos busquemos la integridad y el progreso de nuestro pueblo”.

En el mismo sentido, el obispo de Papantla, José Trinidad Zapata Ortiz, condenó los asesinatos de sus dos sacerdotes. “Una vez más comprobamos que la violencia y la inseguridad se han enraizado en nuestra sociedad”, señaló el Obispo en un comunicado.

En el mensaje de la Diócesis de Papantla pidió a las autoridades esclarecer los hechos: “Condenamos toda forma de violencia y oramos por la conversión de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte»”, apuntó Zapata Ortiz.

En la misiva, el obispo insistió en que en Veracruz se debe rezar por la paz.

En el mismo sentido, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, lamentó profundamente el asesinato de los sacerdotes, y expresa sus más sentidas condolencias al obispo José Trinidad Zapata, así como a sus compañeros en el sacerdocio, familiares, amigos y fieles, por tan lamentables pérdidas.

De igual modo, exhorta a todos los fieles a rezar por el eterno descanso de estos sacerdotes, así como por el arrepentimiento de los asesinos, al tiempo que expresa su más enérgica condena a todo acto de violencia, y pide a las autoridades se esclarezca este cobarde y sacrílego crimen.

Que santa María de Guadalupe reciba en su maternal seno el alma de estos ministros de Dios, y Nuestro Señor Jesucristo premie su ministerio sacerdotal.

Telegrama del papa Francisco

Y por último vale la pena leer el telegrama de condolencias enviado por el papa Francisco a través del Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, donde el Pontífice ofrece “sufragios por el eterno descanso de estos sacerdotes de Cristo, víctimas de una inexcusable violencia”.

“El Santo Padre expresa su más sentido pésame a Su Excelencia, así como al clero, comunidades religiosas y fieles de esa querida diócesis, a la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso de estos sacerdotes de Cristo, víctimas de una inexcusable violencia”.

Además, el papa afirma que se trata de un atentado contra la vida y dignidad de las personas, e invitó “al clero y a los agentes pastorales de la diócesis a continuar con energía su misión eclesial, a pesar de los obstáculos, siguiendo el ejemplo de Jesús el Buen Pastor”.

También expresó su cercanía a los familiares de las víctimas “en esta tan dolorosa prueba” e indicó que imparte “a dicha comunidad eclesial la confortadora bendición apostólica como signo de esperanza cristiana del Señor resucitado”.

¿Quiénes fueron los asesinos y por qué mataron a dos ministros de culto?

No sabemos aún… empero, las voces sabías de la feligresía pozarricense dicen que los matones son malosos, crimen organizado…, en ese lugar pasan cosas y nadie se entera, ni siquiera el señor gobernador.

Al margen… En nuestro país hay muchos asesinatos de sacerdotes…

Los sacerdotes en México son “víctimas de intentos de extorsión, amenazas de muerte, e intimidación por parte de grupos criminales organizados”, escribió el Departamento de Estado de Estados Unidos en un su informe Libertad Religiosa Internacional 2015.

La unidad de investigación del Centro Católico Multimedial (CCM) que dirige el padre Omar Sotelo, nos dijo que 28 sacerdotes habían sido asesinados en México desde el 2006, sin contar los asesinatos de esta semana; los estados más peligrosos son Veracruz, Guerrero y México.

La CCM difundió a finales de diciembre su Reporte Anual 2014 sobre sacerdotes, religiosos y laicos que han perdido la vida en México.

De forma general, el reporte revela que durante los últimos 24 años han sido perpetrados 47 atentados contra miembros del episcopado mexicano, entre ellos un cardenal –Juan Jesús Posadas Ocampo–, de los cuales 45 son crímenes arteros y dos corresponden a sacerdotes que siguen en calidad de desaparecidos.

Señala el informe que en general hay presiones para el trabajo pastoral, algunos sacerdotes han sido amenazados, otros han sido secuestrados y otros más han sido extorsionados. A tal grado de que el oficio sacerdotal al igual que el periodismo se ha convertido en uno de alto riesgo, sobre todo en algunas regiones, como el estado de Guerrero y Michoacán.

Las amenazas hasta donde sabemos son del crimen organizado. Los criminales, aunque en general son católicos, han perdido todo respeto a los ministros de culto, otrora una figura querida y respetada por todos.

¿Quiénes eran los curas?

i) Nabor Alejo Jiménez Juárez, tenía 50 años de edad, originario de Zoquitlán, Puebla. Fue ordenado sacerdote en 2003 y luego comisionado de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima.

ii) José Alfredo Suárez nació en la comunidad de Paso Blanco, Misantla, Veracruz, tenía apenas tres años y nueve meses de haberse recibido como sacerdote, era el vicario de la parroquia Nuestra Señora de Fátima.

Ambos eran egresados del Seminario Mayor de Teziutlán, Puebla.

Despiden con misa a curas asesinados

Los cuerpos fueron velados en la misma Iglesia durante la noche del lunes, luego de que personal de la Fiscalía les practicó la autopsia correspondiente.

Al arribar los féretros, los feligreses aplaudieron y muchos de ellos lloraron.

Al amanecer, la gente que acudió a la Iglesia, ubicada en la colonia Petromex, llegó con coronas y abarrotó los alrededores del templo. Había indignación.

Esa mañana familiares de ambos sacerdotes alistaron los féretros para trasladarlos a los poblados de donde son originarios para su inhumación…

“Estamos indignados; tenemos rabia de lo que sucedió a estos sacerdotes y esperamos que no pase a otros curas, porque el país está sumergido en una violencia que no tiene freno, que nadie puede frenar”, dijo Alejandro Uriza Cano, integrante de la comunidad religiosa, indignada por los homicidios.

La misa de cuerpo presente fue oficiada por el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, quien habló del perdón para los homicidas, pero también de la necesidad de que las autoridades apliquen la justicia.

@fredalvarez
@OpinionLSR

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