Bagdad lanzó ayer un ultimátum al Kurdistán iraquí, intimándolo a ceder el control de los aeropuertos a las autoridades centrales, al día siguiente de un referéndum de independencia en el que la victoria del “sí” parecía aplastante.
El presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, por su parte, llamó a Bagdad “a no cerrar la puerta al diálogo”, asegurando a la comunidad internacional que el referéndum no tuvo por objetivo “delimitar la frontera (entre el Kurdistán e Irak) ni imponerla ‘de facto’”.
“El gobierno decidió prohibir los vuelos internacionales desde y hacia Kurdistán dentro de tres días si los aeropuertos no son entregados al gobierno central”, dijo en rueda de prensa el primer ministro iraquí, Haider al Abadi.
Dos aeropuertos funcionan en el Kurdistán, en las dos principales ciudades, Erbil y Suleimaniya. Además de la compañía nacional iraquí, varias compañías internacionales, en particular la iraní, turca, jordana y alemana mantienen enlaces con esas ciudades.
Bagdad ya había pedido el domingo a los países extranjeros de tratar solamente con ella sobre las transacciones petroleras, siendo el oro negro la principal fuente de ingresos del Kurdistán iraquí.
Aunque los resultados del referéndum aún no se conocen, los kurdos esperan un “sí” masivo, y el lunes hubo festejos, con fuegos artificiales y bailes. La rutina volvió ayer a Erbil, capital regional.
“Somos el pueblo kurdo, no somos árabes, no somos persas (…) Somos kurdos y lo seguiremos siendo siempre”, exclamó ante la AFP un habitante, Ahmad.