CIUDAD DE MÉXICO.
Fetiche literario, documento histórico e instrumento de iniciación a la lectura. Todo esto es la colección Material de Lectura de la UNAM, que desde hace 40 años ofrece a los jóvenes “una probadita” de lo más representativo de la poesía, el cuento y el ensayo contemporáneos de Iberoamérica.
Estos pequeños folletos de colores, de 11 por 20 centímetros, con un promedio de 45 páginas, han conquistado a diversas generaciones de jóvenes desde 1977, año en que los lanzó la Coordinación de Difusión Cultural de la máxima casa de estudios del país.
Y ahora, detalla en entrevista la escritora Rosa Beltrán (1960), la versión impresa se sigue vendiendo, “incluso se agota en las ferias del libro”, y la digital es la más leída en este formato en toda la universidad, con cinco millones de lectores frecuentes en su sitio de consulta gratuita (www.materialdelectura.unam.mx).
Es asombroso que, en un mundo globalizado, donde los jóvenes consultan todo a través de los aparatos electrónicos y los formatos digitalizados, amen Material de Lectura y lo sigan comprando”, afirma la directora de Literatura de la UNAM, dependencia encargada de su edición y distribución, sobre la serie que “está casi toda colgada en la red”.
La licenciada en Literatura Hispánica por la UNAM agrega que la digitalización inmediata del acervo dividido en Poesía Moderna, Cuento Contemporáneo y Ensayo Contemporáneo, que respectivamente van en los números 212, 131 y 8, ha sido vital en términos de difusión.
Aunque seas profesor en Bucarest o en Estados Unidos, lo puedes consultar de manera gratuita. Esto ha motivado que los maestros de literatura hispana de todo el mundo lo incluyan en sus cursos”, añade.
La narradora destaca que el hecho de que Material de Lectura se haya mantenido depende de dos cosas. “Es una gran idea, porque implica la iniciación a la lectura de los autores que serán clásicos y, cuando eres estudiante, es fundamental tener este primer acercamiento a estos géneros literarios”.
Y el segundo aspecto, prosigue, “una de las características que volvió interesante a la serie”, es el prólogo. “El acierto es condensar en una especie de agujero negro el sentido de la obra de un escritor para interesar a los jóvenes a leerlo. Y que él o la prologuista sean, casi siempre, de una generación mayor, le da una buena perspectiva”.
Es la conjunción, dice, de dos buenas ideas: iniciar a los jóvenes en la lectura de cierto autor y explicar por qué éste es importante. “Vivimos en un país donde la continuidad no se considera un mérito, porque casi siempre en la obra pública cada seis años se quiere empezar algo. Pero hay ideas muy grandes que hay que continuar y ésta es una de ellas”.
El poeta Hugo Gutiérrez Vega inició esta colección con literatura universal, explica la académica de la lengua, pero poco a poco se fue concentrando en autores iberoamericanos y mexicanos, ante lo complejo que se volvió el trámite de los derechos de autor.
Con un costo de 35 pesos, más el 50 por ciento de descuento a estudiantes, el número impreso que más se ha vendido es el dedicado al poeta Jaime Sabines y el más consultado en la red es el de Rosario Castellanos, indica.
De Material de Lectura se publican 11 o 12 números al año, más dos o tres reimpresiones, con un tiraje de mil ejemplares. “Se ha mantenido un diseño sencillo, con una tipografía clara, legible y limpia, y la foto del autor en la portada, para que lo identifique el lector”.
UNA OBRA SÓLIDA
Beltrán subraya que en esta colección proponen a escritores que estén fuera de la moda. “Hay autores que se vuelven muy prestigiosos en un momento, pero, de pronto, pasan al olvido. La apuesta es por creadores que tienen una obra sólida y que vamos a poder publicar lo más representativo de ella”.
Asegura que funcionan de dos maneras para seleccionar qué autores se publicarán. “Tenemos un comité con seis miembros, tres externos y tres de la universidad; así conjuntamos dos miradas distintas”.
Una de las líneas que la doctora en Literatura Comparada por la Universidad de California en Los Ángeles ha impulsado es el rescate de las autoras fundamentales, como Amparo Dávila. “Es terrible que las escritoras mueran dos veces: una por muerte física y otra por el olvido. Más que la temática, nos interesa el creador mismo”.
Admite que la elección es cada vez más difícil. “Antes hablabas de un canon que se reducía a tres nombres, pero ahora hay una fuerte proliferación de escritores y muchos son buenos.
Además, se trabajaba con más libertad, porque no pesaban tanto los derechos de autor. Cada vez fue más difícil por lo de las regalías. Por ejemplo, hay autores africanos extraordinarios y nos tomó cinco años publicarlos por la cuestión de los agentes. Se entiende que influye lo económico y el mercado. Pero el prestigio de la UNAM y de la colección ha ayudado”, aclara.
La autora de las novelas La corte de los ilusos, El paraíso que fuimos y Alta infidelidad adelanta que Material de Lectura, así como en 2012 retomó el ensayo con Carlos Pereda, ahora apostará por la Crónica Contemporánea.
Creemos que en este género se está escribiendo América Latina, y que está aportando las miradas más audaces en temas difíciles, además de un humor que sorprende”, indica.
Quien ha escrito los volúmenes de cuentos La espera, Amores que matan y Optimistas anuncia que próximamente se publicarán ejemplos de la obra de los cronistas Fabrizio Mejía Madrid, Martín Caparrós y Alma Guillermo Prieto, entre otros.
Los editores de la colección, Martha Santos y Víctor Cabrera, detallan por su parte que en este momento está en imprenta el número 213 de Poesía Moderna, dedicado a la obra de María Baranda; y el 132 y el 133 de Cuento Contemporáneo, con textos de Guadalupe Nettel y Mauricio Molina, respectivamente.
Y, añaden, a finales de este año o principios del 2018 se incorporarán en Poesía Moderna Jorge Esquinca y Julián Herbert, éste con una nota introductoria de Felipe Fabre. Y, adelantan, se estudia dedicar el próximo año un número de Ensayo Contemporáneo a Vivian Abenshushan.