DOLORES, HIDALGO 7 DE NOVIEMBRE DE 2016 (La Silla Rota).- Trabajadores del Panteón de Dolores, ubicado en Avenida Constituyentes S/N, en la Colonia Bosque de Chapultepec, denunciaron al secretario de la Sección 7 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), Alejandro Marín Rangel, debido a que se dedica a regentear el camposanto.
Desde su asignación al cargo como secretario general de la Sección 7 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la CDMX, para el periodo 2015-2019, Alejandro Marín Rangel ha regenteado el Panteón de Dolores.
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Lo anterior, fue señalado a Reforma por trabajadores del camposanto, quienes adujeron a Reforma que Marín Rangel lucra con el Panteón de Dolores pues vende fosas, cobra por regularizar títulos de las mismas (incluso a perpetuidad). Además de que amenaza y cobra cuotas a los trabajadores del camposanto, quienes se ganan la vida en ese lugar.
Por si fuera poco, el funcionario también practica el nepotismo pues el líder sindical introdujo a la nómina del panteón a familiares tales como su hermano, Lázaro, y al hijo de éste, quienes operan desde fuera del Panteón y cobran a los dolientes, en ocasiones, por servicios gratuitos.
Los empleados relataron que todo comenzó desde hace cinco años, con la llegada de Alejandro Marín Rangel como sobrestante del Área de Inhumaciones en 2011, cuando el panteón civil más antiguo de la Ciudad de México se convirtió en una plaza regenteada por un grupo minoritario de empleados y que desde la designación de Marín Rangel, al cargo de secretario general de la Sección 7 del SUTGCDMX, en 2015, es manejada por familiares y allegados suyos.
Así lo dieron a conocer, de manera anónima, ocho trabajadores del panteón de distintos cargos dentro del camposanto (algunos con más de 20 años de antigüedad), quienes cansados de los abusos del secretario develaron los hechos ocurridos al interior del camposanto.
Cabe mencionar, que desde el 20 de julio de este año, 20 trabajadores firmaron una misiva solicitando al director de Servicios Jurídicos y de Gobierno de Miguel Hidalgo, Obdulio Ávila, investigar y sancionar las extorsiones que realizan Marín y su equipo. La cual no ha surtido ningún efecto.
Al respecto, un empleado pidió: “que se arregle la situación de abusos y se haga una auditoría profunda a los señores Gustavo Vázquez Hernández y a Lázaro Marín, así como a su protector Alejandro Marín”.
Además en la misiva se explica: “ponen muchos requisitos para que no se puedan cumplir y nos piden hasta $1500 por dejarnos trabajar una obra; además de $1000 por sacar cascajo o tierra cuando hacemos gavetas o lápidas”.
Y agregaron que no cuentan con fondos suficientes para cumplir con lo que se les exige pues “viven de las donaciones que los dolientes ofrecen cada vez que se realiza un servicio, en el que trabajan entre tres y cinco matruchas para abrir una tumba”.
Glenda Prado Cabrera, periodista de Saltillo, Coahuila.
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“Cuando estaba en mis treintas, fui arrestada en tres ocasiones en mi ciudad natal Monterrey. La policía decía que era para mantener el orden moral, pero nunca se me explicó de qué manera estaba violando la ley. En esa época no había que justificar un arresto así. Si había un hombre vestido de mujer en la calle era porque se estaba prostituyendo, a lo mejor iba a abusar de alguien o estaba involucrado en drogas “, detalló Glenda.
Asimismo mencionó que en la actualidad hay gente que denuncia, que los apoya cuando viven experiencias de agresión de algún tipo, pero que la violencia sigue siendo la misma que reportan los diarios amarillistas y de nota roja desde hace décadas.
“Cuando nos golpean, cuando nos asesinaban, eso éramos: una nota amarillista. No éramos personas, éramos algo distinto que merecía ser violentado. El machismo, la misoginia y las creencias religiosas hacen que esta idea se mantenga en igualdad en muchos lugares de México.
Compartió su experiencia tras el fallecimiento de su madre en 2009, cuando se mudó a Saltillo donde existe una mayor apertura y apoyo hacia la comunidad transgénico que en Monterey.
Con pesar indicó que sufre económicamente debido a la poca oportunidad de trabajo, pero precisó que no es debido a su condición de trans sino por la situación que sufren miles de mexicanos que sufren por desempleo, porque no son capaces de conseguir un trabajo relacionado a su profesión.
“Ojalá se dieran la oportunidad de conocerme y de conocer a otras mujeres trans. Se darían cuenta que tenemos muchas cosas en común con ustedes, porque somos mexicanas y somos seres humanos. Creo que si cada mexicano conviviera con una de nosotras, su perspectiva cambiaria mucho”, dijo que eso explico a su madre antes de fallecer.