(LA SILLA ROTA) En las redes sociales, Meta antes Facebook o X antes Twitter, son el escenario para que la gente haga explícitas sus rupturas o la radiante felicidad en la que dicen vivir. Y eso parece haber sucedido con Jesús Ortega y Jesús Zambrano, conocidos como Los Chuchos en el PRD, la tribu que no pudieron derrotar ni Cuauhtémoc Cárdenas, que optó por dejar a Andrés Manuel López Obrador la dirigencia del partido a finales de los 90, ni el propio López Obrador, que prefirió hacer su propio partido: Morena.
El Frente Amplio por México informó que quienes lograron reunir las firmas para ir a la siguiente fase de competencia rumbo a la elección presidencial del 2024 fueron Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Santiago Creel y Enrique de la Madrid. En la lona quedaron varios personajes, en particular los del PRD como Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera -aunque éste último nunca quiso afiliarse a dicho partido- y expresaron su coraje.
Pero lo interesante se expresó en X antes Twitter: Jesús Ortega, fundador de Nueva Izquierda en el PRD, felicitó de inmediato el resultado del Frente y se decantó por Xóchitl Gálvez.
Jesús Zambrano optó por guardar silencio en sus redes sociales. Un día después resucitó y se lanzó contra el Frente Amplio y le puso hielitos a la relación al declararla “en pausa”. Mancera le dio declaraciones al periodista Luis Cárdenas y hasta intentó coquetear con Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, quien ha dicho que “con el PRI ni a la esquina” y no se cansa de decir que el Frente Amplio es como el Titanic.
La discrepancia en las opiniones entre Ortega y Zambrano, los otrora poderosos Chuchos en el PRD, es una historia que se puede remontar hasta el 2012.
Pero vayamos al inicio. Ortega es un político un aguascalentense que militó en un desaparecido Partido Socialista de los Trabajadores y del Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, se unió a Cárdenas en la fundación del PRD a finales de los 80 y principios de los 90. Dentro del perredismo le es reconocida su habilidad para la negociación política, aunque no gane él personalmente una elección. Coincidió, por ejemplo, en el Senado con Diego Fernández de Cevallos, aunque varias veces ha polemizado con el panista.
En 2005, Ortega quería ser el candidato del PRD a la jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal. Pero López Obrador tenía otros planes. Marcelo Ebrard terminó siendo el jefe de gobierno y Ortega el coordinador de la campaña presidencial de López Obrador, aunque en los hechos Andrés Manuel era su propio jefe de campaña.
Zambrano, por su parte, conocido como “traga balas” porque en su pasado como guerrillero recibió balazos en la cara, ha sido un militante de izquierda de toda la vida. Y junto con Ortega formaron una corriente en el PRD denominada Nueva Izquierda. Con ellos participaron, entre otros, Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Belaunzarán, hoy ambos distanciados de Los Chuchos y empujando en el Frente Amplio.
En ese grupo gravitaba también Carlos Navarrete, quien fue coordinador de los senadores en el sexenio de Calderón y son épicas las discusiones con López Obrador, como aquella en la que se cuenta que Andrés Manuel le pidió al PRD no apoyar nada de la reforma energética y que si era necesario que se hundiera Pemex, que se hundiera.
La ruptura de Los Chuchos comenzó en el sexenio de Enrique Peña Nieto. La llegada del fallecido Miguel Barbosa al Senado, como coordinador parlamentario, los separó. El propio Barbosa, un abogado poblano, operador de Nueva Izquierda, forjó su liderazgo en el Senado y terminó en Morena, que lo hizo gobernador hasta su deceso. Acosta Naranjo, Belaunzarán y hasta el propio Navarrete dejaron Nueva Izquierda.
La dirección del partido ha sido el eje de las rupturas. Navarrete quería poner a Agustín Basave en la presidencia del PRD, pero Ortega empujó a Beatriz Mojica, una dirigente de Guerrero con trayectoria como activista y legisladora. Acosta y Belaunzarán fueron relegados y eso fue distanciando a Los Chuchos, hasta que cuando vino la ruptura de López Obrador, quien desde 2006 había comenzado a construir una red nacional paralela al partido, que fue detectada por políticos como el mexiquense Héctor Bautista, aliado de Los Chuchos.
Al final, ya con Zambrano en la presidencia del PRD, comenzaron los rumores dentro del partido del enfriamiento entre Los Chuchos Zambrano y Ortega.
Las diferencias en los posicionamientos en torno al Frente Amplio no son las primeras. Pero son, hasta ahora, las más visibles.