Editorial del día
El Rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez y otros sectores descontentos con medidas que ha determinado el gobierno de Graco Ramírez en esa entidad, están uniendo sus inconformidades y quieren dejar, de plano, a la tierra de Zapata, sin ninguno de los Poderes.
Van contra el Ejecutivo Graco Ramírez, por las medidas progresistas que pretende instrumentar y contra el Congreso mismo por leyes que privatizan –según dicen- el transporte público y un instituto de crédito al servicio de los trabajadores sindicalizados de los tres poderes del estado.
Y por si esto fuera poco el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, negó haber convocado a los líderes sociales para emprender acciones contra el gobierno de Ramírez Garrido Abreu, quien ha sido cuestionado por el jerarca católico por la supuesta falta de resultados en materia de seguridad, pero principalmente, por haber influido en los diputados para aprobar el matrimonio entre las personas del mismo sexo, lo cual convierte a Morelos, en el primer estado que avanza en esta materia.
Por lo que se refiere al Rector de la máxima Casa de Estudios, se dice que pretende marchar el próximo 16 de este mes, en demanda de la revocación de mandato del Ejecutivo, porque no quiere que la Universidad sea auditada, cobijándose seguramente en la autonomía de la misma.
Sin embargo, como en otros lugares ya ha ocurrido, estas posturas impiden que los gobiernos, pero sobre todo la ciudadanía, se den cuenta de cómo se gastan sus recursos, debido a que las Universidades operan con dineros públicos que les entregan los gobiernos estatales.
Difícil que se le revoque el mandato al gobernador morelense, quien sigue enfrentando problemas, que seguramente se incrementarán al aproximarse el 2018 por ser uno de los aspirantes a la candidatura presidencial, por su partido –el PRD- pero más difícil todavía que les “desaparezcan así de tajo” hasta al Congreso local.