El informe 2019 del Índice de Desarrollo Democrático de México (elaborado por la Fundación Konrad Adenauer y Polilat en alianza con el Instituto Nacional Electoral) presentó sus resultados y destaca que «el sistema de representación político en México muestra cambios importantes, que podrían incluso derivar en cambios institucionales profundos».
En su primer año del gobierno de López Obrador, este informe destaca que «pese a los cambios, actuales y potenciales, en la agenda nacional, el informe continúa dejando en evidencia que los problemas estructurales de pobreza, exclusión, violencia y debilidad institucional continúan sin demasiados cambios en la mayoría de los estados de México». No obstante, destaca que hay un incremento del 13% respecto del 2018, «alcanzando el tercer mejor valor de la serie desde 2010. La recuperación de la dimensión democracia de las instituciones, tras haber caído a su valor más bajo de la serie el año anterior es una de las causas principales del incremento del promedio nacional del Índice, precisa.
El informe señala que los objetivos de la agenda federal no son aún palpables en la realidad. «Particularmente la evolución en Democracia de los ciudadanos, en Democracia social y en Democracia económica no muestran avances significativos en el promedio nacional, como ya se indica, en cuestiones centrales del desarrollo como la disminución o eliminación de la violencia, la pobreza, el desempleo y la desigualdad».
Otro tema que preocupa a los autores del informe, es la polarización de la sociedad en cuanto a temas políticos. Y subraya: «estas diferencias, que siempre existieron y existirán, se han profundizado peligrosamente con riesgo de deslegitimar a quienes piensan diferente, al punto de considerarlos enemigos del concepto de comunidad o de nación que cada uno tiene. Cuando estas divisiones aparecen se torna mucho más difícil sostener políticas de estado y existe el riesgo de que los turnos democráticos de los diferentes gobiernos, lejos de construir políticas consensuadas con objetivos de largo plazo, se dediquen cíclicamente a destruir lo hecho y empezar de nuevo cada vez, con los costos sociales y económicos que ello implica».
Tras un diagnóstico general, el informe se subdivide por entidades; es en esta etapa de análisis donde el INE refiere «Aguascalientes ha sido sistemáticamente una de las entidades que se clasifican en el nivel de alto desarrollo democrático y que, particularmente en 2019, obtiene el puntaje más alto en todas las dimensiones. En contraparte, en Guerrero las cosas no cambian. Esta entidad año con año es clasificada en el nivel más bajo del IDDMEX y en este año quedó registrada como la entidad federativa con la peor calificación de las 32, conforme a los resultados del IDDMEX 2019».
Así, un mapa elaborado con esta información, arroja que los estados con sobresaliente Índice de Desarrollo Democrático son, de más a menos: Aguascalientes, Baja California Sur, Yucatán, Querétaro, CDMX, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Colima.
Un segundo bloque de entidades con desarrollo democrático medio son Hidalgo, Baja California, Campeche, Zacatecas, Guanajuato, Quintana Roo, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Nayarit y Estado de México que, en particular, se encuentra a la mitad entre este bloque y el siguiente que es el grupo de estados con bajo desarrollo democrático.
Aquí figuran Tabasco, Tlaxcala, Jalisco, Tamaulipas, Morelos y Puebla. Mientras que las entidades con menor desarrollo son Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Veracruz y Guerrero.
«Ingresa por primera vez el estado de San Luis Potosí entre los estados con alto desarrollo democrático. Las entidades federativas que han perdido valor con respecto al 2018 son Campeche, Coahuila, Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Tamaulipas y Zacatecas. Consideradas por intensidad de su descenso, destacan negativamente
Nayarit y Zacatecas. En cambio, el menor descenso lo registra el Estado de México», advierte el informe de más de 200 cuartillas.