El nuevo tratado de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos (T-MEC) tuvo el sello impuesto por el presidente estadounidense Donald Trump, quien desde que estuvo en campaña prometió que lo modificaría, recordó el director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz Gallegos.
«Esta fase de negociación termina como empezó, con Estados Unidos buscando poner como prioridad los temas que le son de interés, presionando para que ello ocurra con la premura política de que hay divisiones al interior en Estados Unidos que plantean la necesidad de dar vuelta a la página con el asunto del impeachment y en sectores de su propio partido, el republicano donde hay reservas para no correr con cierta prisa. Terminamos sin embargo siguiendo la agenda que ha impulsado Trump donde México y Canadá han buscado una respuesta que favorezca los intereses de estos dos países», dijo a La Silla Rota Cruz Gallegos.
Sin embargo, el tratado que entre sus aspectos renegociados está el de que 70 por ciento de acero para autos y camiones sea regional y que debe entrar en vigor 7 años después del acuerdo, y 70 por ciento del contenido de productos de aluminio para autos y camiones en un plazo de 10 años. Además de que se agilizará la solución de controversias al llevar a un panel a empresas que violen normas laborales o medioambientales del T-MEC, se disminuyó o incluso se eliminó el periodo de protección de datos de patentes de productos biotecnológicos.
El nuevo tratado anunciado este 10 de diciembre en Palacio Nacional permitirá dar certidumbre en materia de inversión en México y dará oxígeno al gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en un entorno de bajo crecimiento, consideró por su parte la analista económica y directora de México Cómo Vamos, Valeria Moy.
«Le da oxígeno, quita una nube de incertidumbre, no resuelve todo el problema, es una muy buena noticia en término de inversión. El TLCAN –el anterior acuerdo- su mayor logro más allá incluso del comercio es que le ha dado certeza legal a todas las inversiones, no solo a las extranjeras en México, a las locales también. Imagínate si quieres poner empresa de autopartes, el tratado te beneficia. En ese sentido da mucha certeza. Por eso las empresas que se han desarrollado son las vinculadas con el Tratado de Libre Comercio. El continuar con un tratado le da certeza y certidumbre en procesos legales y regulatorios a empresas que participan en esos negocios. Sin duda quita el factor de incertidumbre, va a ayudar a fomentar la inversión en el país y eso le va a dar oxígeno. No es la respuesta a todo pero si México lo sabe aprovechar y ojalá lo sepa; sí puede ser un impulso que necesita este país», explicó Moy.
Además, el tema dejará de ser parte de la campaña electoral de Estados Unidos y eso será positivo para México, además que genera certidumbre jurídica, pero habrá que estar pendiente sobre cómo impactará a las armadoras trasnacionales de autos asentadas en México, por el tema de fijar un salario mínimo para ellas, y por la obligación de usar un mínimo de partes de acero de la región, opinó por su parte el analista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), Enrique Díaz Infante.
«El tema salarial va a impactar directamente a México, las armadoras van a evaluar qué tanto les conviene y si bien no es deseable darle competitividad al país a través de salarios bajos, habría que evaluar qué tanto les conviene a ellos permanecer con salarios altos. De alguna manera hace que se replanteen si conviene estar en México, es difícil hacer una evaluación, pero el punto positivo es el oasis jurídico. Tienes reglas jurídicas que facilitan a la inversión recuperar sus activos», agregó.
«Da salida a temas en casos de abusos y controversias pero también México tiene derecho a pedir lo mismo por violaciones de los trabajadores, competencia desleal o afectaciones al medio que dañen prácticas productivas», expresó.
Consideró positivo el capítulo del acero que busca que el acero usado para la producción automotriz sea 70 por ciento de la región en un plazo de 7 años. «Lo que se trata es que no vengan importaciones a precios subsidiados y afecten a industria, llegan aceros subsidiados de China, Corea y Brasil. Por el otro lado me parece positivo que el acero que se use en la industria automotriz».
Respecto al tema salarial, en cuyas negociaciones estuvo presente, expuso que ahora la política general de México es mejorar los salarios y prestaciones.
«Los salarios son los más bajos de América latina continuar con eso es ir en la línea del fracaso. Ese tema será de ir ajustando. En la industria automotriz pagan salarios bajísimos, entre uno y medio a dos salarios mínimos, es un grado de explotación exagerado y no se construye un mercado interno y como no hay poder adquisitivo no hay demanda, solo se va a mercado externo».
EL TRATADO
Cuatro fueron los rubros donde el Tratado México-Estados Unidos-Canadá fue replanteado, en la parte laboral, farmacéutica, medio ambiental y las reglas de origen de la parte automotriz y acero.
«Propiedad intelectual en farmacéuticos eso es una cosa buena», reconoció Moy.
«De acuerdo con el documento de medios y arbitrios del Congreso de Estados Unidos, disminuyó la protección para patentes y marcas, cosa positiva para México. Permite una mayor competencia y redunda en beneficio para el consumidor, quizá fue la ´batalla´ que México y Canadá ganaron, lo mismo que en temas de medio ambiente, que pueden ser complicadas para el comercio porque suben los estándares para ciertas reglas medioambientales. Pero sí hay más rigor a la hora de cumplir con los lineamientos de cuidado al medio ambiente, a lo mejor frena el comercio para algunas áreas pero si se cuida medioambiente es positivo para los tres», recalcó la licenciada en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Los temas complicados fueron el acero y aluminio.
«Al parecer México cedió en la parte final de acero y no cedió en la parte de aluminio. En la parte de fabricación de automóviles, un sector muy importante para México en el TMEC ya había reglas más severas de contenido nacional, ya lo había a 70 por ciento que ya era un brinco de lo que había y representaba un gran reto. Se puso una regla adicional de contenido de acero regional y eso va en detrimento de la industria del acero de México. No lo vamos a cumplir de inicio pero se le da un plazo de cumplimiento, probablemente esa regla fue una negociación que México tuvo que ceder, ni modo hay que ceder en cosas», reconoció.
Otro aspecto complicado fue la parte laboral, ya que Estados Unidos quería mandar inspectores a supervisar que México cumpliera con cambios en la parte laboral, lo que hubiera representado una pérdida de soberanía, añadió la también investigadora.
Aunque era inaceptable, porque era de carácter unilateral para México, luego el senador Ricardo Monreal dijo en la reunión donde aceptaron los cambios que no iba a haber inspectores, pero en el texto de Comité de Medios y Arbitrio no quedó tan claro
Ahí dice que va a haber expertos independientes en materia laboral y aunque no es un texto definitivo, Seade y Monreal dicen que será un mecanismo a través de paneles, lo cual es correcto y vamos a ver en qué quedó
Por su parte, Cruz Gallegos indicó que esta etapa de negociación culminó como se inició, bajo la lógica de los temas que en Estados Unidos se consideraban estratégicos. Los elementos de contenido regional fueron esgrimidos por el presidente Donald Trump desde el inicio de su administración y de acuerdo con Monreal, lo que se incluyó de último momento fue planteado en un documento redactado hace no mucho.
Por su parte los demócratas lo hicieron en temas como son medio ambiental y la farmacéutica. Al final de cuenta lo que observamos es que México y Canadá tuvieron que dar respuesta y ceder en algunas cosas, aspectos estratégicos desde el punto de vista estadounidense tanto de su gobierno y del partido demócrata y en ese sentido lo que se acabó beneficiando –si bien seguramente algunos aspectos podrán beneficiar al sector productivo mexicano -tiene la lógica de Estados Unidos
Cuestionado sobre los temas de acero y aluminio, así como el laboral, incluidos en el nuevo tratado, en opinión del también columnista económico obedecieron al interés del presidente de Estados Unidos de que hubiera un cambio en la estructura de costos del sector automotriz.
Eso fue algo que inhibió o generó cierta oposición por parte de empresas trasnacionales y de las mismas norteamericanas de esos cambios
El senador Gómez Urrutia reconoció que había prisa por firmar el acuerdo y que además había preocupación por parte de empresarios mexicanos por el tema del uso de acero regional hasta en 70 por ciento a cumplirse en un plazo de 7 años, y de aluminio en una década.
«En el caso del acero y aluminio quiero decir que algunas empresas son más afectadas que otras, por ejemplo algunas siderúrgicas que exportan casi toda su producción a Estados Unidos como Altos Hornos de México y hay otras empresas que son más internacionales y tienen plantas en otros lugares del país, como Arcelormittal que sigue siendo la siderúrgica más grande del mundo o como Ternium. Entonces es situación de ver día con día ver cómo se van presentando», reconoció.
«Lo que se trata es de que no vengan importaciones a precios subsidiados y afecten a la competencia de la industria siderúrgica nacional y a su vez a la industria, porque hasta ahora llegan aceros de importación subsidiados de China, de Corea y de Brasil», añadió.
Consideró positivo que una buena parte del acero que se usa en la industria automotriz y manufacturera sea de empresas siderúrgicas que funden y no de otras que ni siquiera vacían el acero en México.
Es una salida que viene a resolver la firma del tratado que sí se estaba deteniendo y muchos empresarios se quejaban de ese tipo de peticiones que eran muy exageradas
El también dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana dijo que en el acto en Palacio Nacional estuvo cerca de empresarios y notó confianza en ellos por la firma del tratado.
Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios y Carlos Salazar Lomelí, del Consejo Coordinador Empresarial vieron el panorama general de haber firmado el tratado en lugar de retrasar todo, por ese tipo de aspectos que se van a supervisar en la práctica. Lo más trascendental era dar el paso adelante porque si no se iba a atrasar no al año próximo sino después de las elecciones en Estados Unidos
LO QUE VIENE
Valeria Moy consideró que aún hay que esperar el texto final y que se vote en Estados Unidos, lo cual al parecer sería la otra semana pues ya está consensuado.
«Eso es una buena noticia, de alguna manera nos quitamos un nubarrón de incertidumbre de encima y en segundo lugar que se vote en Canadá, y a partir de ahí podemos empezar a ver la implementación del tratado. Es un paso importante sin ninguna duda», celebró.
Para Cruz Gallegos quien más prisa llevaba era el gobierno de Trump.
Eso lo transmitió a los gobiernos de México y Canadá que estuvieron de acuerdo en que de una vez se acabara este proceso que genera incertidumbre en inversiones en Estados Unidos pero al final de cuentas el punto es que la presión venía de Estados Unidos. El senador Mitch McConell dijo que no va a estar listo este año. Si bien el Senado no es el encargado de aprobarlo como dice el líder republicano, lo que muestra es la división política sobre el tratado aun entre las filas republicanas y que las prisas emanaban de allá, de tratar de una vez de cerrar estas diferencias y concluir la firma del acuerdo
Para Gómez Urrutia representa un triunfo para el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno.
Es un triunfo de la diplomacia del presidente, ha sido cauteloso en la relación con Estados Unidos y el presidente Trump. Canadá ha sido más solidario con México pero en el caso de Estados Unidos las diferencia entre republicanos y demócratas que quieren destituir a Trump, pero el presidente lo ha sabido manejar bien y no hemos chocado con el gobierno estadounidense. Estuvieron presentes los negociadores, los embajadores de cada país, estuvo el yerno Jared Kushner, entonces es un paso adelante importante y un gran avance para consolidar la política y traerá estímulos y confianza para que en 2020 comience a mejorar la situación económica y las inversiones y haya recuperación
Una postura similar es la que emitió el secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y empleados de México (Catem, Pedro Haces, quien dijo que la ratificación del TMEC es una buena señal para los trabajadores mexicanos. «No sólo es bueno para México y para sus trabajadores, sino para toda la región», dio a conocer mediante un comunicado.
MJP