Cuernavaca, Morelos 16 de junio de 2017 (WDC).- La actriz Elizabeth Dupeyron acusó ayer a la Fiscalía General del Estado y al Poder Judicial de omisión por dar carpetazo a las investigaciones del homicidio de su hijo Ramsés Alí Marqués Dupeyron que perdió la vida al ser envenenado durante un retiro espiritual en el municipio de Tepoztlán en el año 2015.
El día de ayer la actriz junto con sus abogados se presentaron en los Juzgados de Control y Juicios Orales del Primer Distrito Judicial con sede en Cuernavaca a una audiencia de queja en la que se le solicitó a un juez de control la revocación del acuerdo del no ejercicio de la acción penal emitido por la Fiscalía General del Estado (FGE), en la que argumentaron que las personas que estuvieron el día de los hechos de la muerte de Ramsés tenían una responsabilidad y que el agente del ministerio público fue omiso al no realizar diversas diligencias para esclarecer este caso.
A pesar de los argumentos de la defensa, el juez de control Jesús Valencia Valencia determinó que no había elementos para continuar con las investigaciones porque el cuerpo fue incinerado por lo que los abogados apelarán ante un Tribunal de Alzada esta resolución, de acuerdo a lo informado por Albertico Vientos Sierra.
“El ministerio público fue omiso en realizar diversas investigaciones y diversas diligencias que son necesarias para poder esclarecer el homicidio de Ramsés Alí el juez consideró que al no existir el cuerpo de la víctima -que fue cremado- al cual no se le hizo la necropsia en su momento, el juez consideró que el ministerio público ya no tenía que hacer más diligencias”.
Y es que entre los presuntos responsables del asesinato por envenenamiento del joven de 39 años de edad, se encuentra la hija del ex candidato a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio, así como tres mujeres y dos hombres, manifestó el abogado.
Por lo que la actriz mexicana denunció que durante el retiro espiritual su hijo fue envenenado y que lo dejaron morir.
“Me lo mataron. Fue a un retiro de sanación espiritual en Tepoztlán (Morelos); estuvo en un lugar aislado, en casa de unos juniors que prefieren matar a alguien antes que reconocer sus errores. Fue una negligencia, porque le dieron un brebaje, lo envenenaron, y en vez de ayudarlo a liberar el veneno, ¡lo dejaron morir!”