Este viernes Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, fue blanco de críticas por aceptar una llamada de felicitación de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ya que esto –aseguran- pone en riesgo las relaciones con China.
En respuesta a sus opositores, el magnate lanzó: “interesante cómo Estados Unidos vende billones de dólares en equipo militar a Taiwán, pero yo no debí haber aceptado una llamada de felicitación”.
La comunicación con la mandataria de Taiwán llamó la atención porque EU no tiene relación con dicho país desde hace cerca de 40 años de edad.
Para suavizar la situación, la Casa Blanca salió a decir que la política norteamericana sigue reconociendo a Beijing como único gobierno de China. “No hay cambio en nuestra política de larga data en los asuntos” de China y Taiwán, apuntó Emily Horne, portavoz de seguridad nacional.
China considera a Taiwán como parte de su territorio y espera a una reunificación bajo el gobierno de Beijing, por lo que el reconocimiento de la independencia de los taiwaneses por parte de EU, podría significar una grave ofensa.